OPERACIONES ASTRALES.

Las operaciones Astrales se realizan a través de los espíritus de luz en la línea de la Umbanda. Es un arte de esta línea espiritual, los Milagros, por llamarlos de alguna manera, se han podido realizar a lo

largo de mi trayectoria religiosa.

En este punto, no me explayaré con los miles de casos resueltos que he podido realizar, sino, informar el fenómeno en sí, como se merece: el arte de curar el Peri espíritu y Peri cuerpo del ser humano a través de los guías de luz.

Este arte, precisa la ubicación de la zona afectada, sea de un origen orgánico, o funcional de la formologia del hombre. La precisión se logra por medio del, y en el estado de la incorporación del Médium con el ente que posee las facultades espirituales propias y cognitivas a una dimensión diferente de la materializada y corpórea, es un canalizador entre lo material visible y lo abstracto; nos permite mediante esas facultades espirituales, apreciar el estado del órgano en su función individual o de conjunto según al  sistema al cual pertenezca.

Con esta capacidad, se logra determinar cuan grave es la lesión o afección disfuncional del órgano afectado que presenta el paciente, pudiendo realizar un diagnóstico preciso para la intervención adecuada que se necesita. La intervención se realiza sin el uso de productos químicos de cualquier tipo u origen alguno. O sea, no hay ingesta, ni aplicaciones cutáneas o subcutáneas, ni intravenosas o intramusculares, tampoco superficiales.

El fenómeno consiste en tratar el caso del paciente de manera única: energéticamente y espiritualmente por medio del aura y sus componentes cromáticos y calóricos, se precisa la incisión espiritual, logrando una verdadera operación, unas extirpaciones del conjunto de partículas espirituales afectadas o degeneradas que producen la patología y su sintomatología orgánica. Logrando la restauración de las funciones en estados de equilibrio funcional del organismo.

Las funciones y equilibrios  de nuestro organismo dependen de la armonía que genera el espíritu, y con él, se logra un ritmo bioenergético progresivo y recuperatorio naturalmente. Éste biorritmo, se altera ante abruptos y precipitados estados emocionales producidos por el dolor, la tristeza, el engaño, la decepción, la frustración, la represión, la discriminación, la soledad o la impotencia, formando un reservorio disfuncional de las emociones y por ende las funciones de nuestros órganos, acumulados por los sucesivos hechos de la vida por ejemplos.

Este golpe al alma, produce paulatinamente, la disfunción bioenergética y espiritual generando los más variados síntomas, que con el tiempo se cristaliza, se localiza el la zona vulnerable, produciendo la enfermedad.

La ciencia, en su maravilloso crecimiento permanente, se ha visto, en algunos casos, con planteos de exigencia académica para resolver el origen de algunas enfermedades que ofrecen determinados síntomas en las personas con resultados frustrantes, ante hechos originados por males espirituales. Y se ha planteado lo inadmisible para ellos que es este Arte como una variable y alternativa herramienta en por de la curación del doliente: el empacho, la ojeadura, la pata de cabra, la culebrilla, la saladura etc. Son uno de los tantos miles de ejemplos para aceptar el fenómeno como un hecho real y no ficticio. Carecerá de todas las posibilidades que ofrece el conocimiento científico-racional de la ciencia, ya que ésta es empírica y que ésta, está sujeta y condicionada a las diversas manifestaciones del espíritu cuando se presenta alguna alteración de ese origen. Los ejemplos ofrecidos aquí, son algunos de los casos leves ante otros fenómenos más severos que requieren de una intervención astral para la cura. Y por lo tanto, lo considero como un hecho fenomenal o extraordinario.

Hay variados métodos a emplear para ello y lo mas destacable es que no se necesita de la presencia del paciente para ser intervenido, ya que la dimensión espiritual está manifiesta por doquier. Utilizando elementos representativos de la persona son auténticamente valederos como para representarla, animizarla y efectuar la intervención adecuada y necesaria al paciente.

¿Qué ejemplos de sanacion  puedo citar para comprender la magnitud y eficacia de lo dicho? En mi trayectoria profesional, podemos dar testimonios de muchos pacientes que han tenido la experiencia de este tipo de intervención que logra el éxito de la cura y sanacion total. Y en la mayoría de  los casos, sin dejar secuelas de motricidad, tales como: paros o derrames cerebrales, coma por alta presión, hemiplejías producidas por diversos motivos, neumotórax, infartos, arritmias, problemas de columna, funcionalidad renal insuficiente, tumores malignos, tumores o quistes, alergias de piel, alergias respiratorias, asma, , alteración del sistema neurovegetativo, ataques de pánicos, incapacidad motriz de las extremidades, embarazos abortivos, problemas oculares, alteraciones cardíacas, infertilidad masculina o femenina; son algunos de los ejemplos mas relevantes en cuanto a la disfuncionalidad orgánica se refiere.

Hay otros tratamientos referidos al plano de las emociones o sentimientos, que interviniendo directamente al espíritu del paciente, se han logrado  resultados  óptimos en cuestiones de angustias, estados de soledad, estados de depresión, estados de pánico, vértigo, persecución, alucinación, posesión, esquizofrenias, adicciones etc.

Se destaca esta labor como una de las tantas maravillas de bondad y eficacia de un campo de energías espirituales que existen y desean ser reconocidos y respetados por el hombre, por la misericordia y  pruebas contundentes dadas ante los resultados logrados, dentro de un marco de confianza y entrega a la experiencia por medio de la esperanza y la fe  trascendiendo las fronteras de la razón y la lógica.          

“Somos un cuerpo perfecto en la funcionalidad orgánica, pero imperfectos en la Totalidad Universal. Estamos compuestos por materia que genera energías, una de ellas es propia de la materia perecedera: la Bio-energía, la otra energía es la espiritual y ambas contribuyen a la perfecta funcionalidad del organismo, de la mente y por sobre todo el Espíritu”.  

Como practicar la curación astral:

Para ejercer la curación astral es necesario dominar el viaje astral al 100%, desde los desdoblamientos hasta el desplazamiento por el plano astral. Una vez desdoblados y conscientes nos situamos astralmente al lado del paciente, el cual debe permanecer inmóvil tendido boca arriba hasta el momento que el sanador astral regrese al cuerpo físico.

Podríamos hacerlo situando las manos en la zona dañada pero en el cuerpo astral no siempre sale la energía impulsada desde un lugar concreto, a veces se dispersa al no tener paredes físicas que rectifiquen la dirección de las partículas, por lo tanto lo mejor será rodear su cuerpo físico con nuestro cuerpo astral o bien situándonos encima de modo que propaguemos la energía con la totalidad de nuestro cuerpo, no como un rayo, sino como una neblina suave que se desprenda sobre el individuo a sanar.

La energía debe ir acompañada de un sentimiento de amor, y tenemos que enviar la energía como si hiciéramos reiki pero emitiéndola desde todo el cuerpo.

Una vez mantenida la posición durante un minuto, -no es necesario esperar más- volvemos a nuestro cuerpo y justo al despertar el paciente empezará a sentirse mejor progresivamente.

La curación astral es más difícil de ejercer por la complicación que tiene mucha gente a la hora de desdoblarse o desplazarse por el mundo astral, pero una vez ahí las energías fluyen en su totalidad y se aprovechan mucho más.

Espero que sirva de ayuda queridos hermanos, como siempre vuestro fiel servidora para lo que necesitéis.

las curaciones de Jesús.

La actividad de Jesús como sanador ocupa un lugar notable en los evangelios. Si comenzamos a leer el evangelio de Marcos nos encontraremos enseguida con diversos relatos de sanación: curación de un leproso, de un paralítico, de un hombre con la mano seca, de una mujer con flujo de sangre, de ciegos, mudos, etc. Estos relatos de los evangelios se parecen bastante a otros que circulaban por entonces en el imperio romano atribuidos a personajes famosos. Por esta razón con frecuencia se ha pensado que los relatos de los evangelios podrían haber sido compuestos a partir de esos otros relatos de la época con el fin de presentar a Jesús como uno de los sanadores de entonces. Sin embargo, parece que en la tradición evangélica hay indicios suficientes para afirmar que de hecho Jesús realizó sanaciones.

En las palabras de Jesús se da por supuesto que realizó este tipo de curaciones, pues las presenta como uno de los signos de su mesianidad (Mt 11,2-6 = Lc 7,18-23). Sus adversarios y otros testigos de estos signos realizados por Él no negaron el hecho de que hiciera tales cosas, sino que le criticaron por realizar sus curaciones en sábado o por no observar la Ley de Moisés. El historiador judío Flavio Josefo se hace eco de la fama que tenía Jesús como ìhacedor de obras portentosasî (Ant 18,63-64). El mismo Jesús se refirió a sí mismo dos veces utilizando la imagen del médico (Mc 2,17; Lc 4,23).

Finalmente, las sanaciones figuran, junto con los exorcismos, en casi todos los sumarios de la actividad de Jesús. Esto significa que quienes redactaron los evangelios tenían la certeza de que Jesús había realizado ambas cosas.

Nuestra perplejidad ante la actividad de Jesús como sanador es bastante explicable si tenemos en cuenta que nuestra forma de entender y vivir la salud y la enfermedad es muy diferente a la que tenían Jesús y sus contemporáneos. Los estudiosos de la Biblia se han dedicado durante mucho tiempo a estudiar la forma literaria de los relatos de sanación y su mensaje teológico, pero no han explicado lo más importante de estos relatos, que es precisamente contar las sanaciones que Jesús realizó. Para ello necesitamos acercarnos a su forma de entender y vivir la salud y la enfermedad, que es muy parecida a la de algunas culturas no-occidentales actuales.

Jesús fue un sanador popular al estilo de Elías, y se entendió a sí mismo como mediador de la sanación que viene de Dios.

La explicación del origen de la enfermedad y sus causas era muy distinta a la que nosotros solemos dar. Entonces se pensaba que el pecado o los espíritus malignos eran los causantes de la enfermedad. Para ellos la enfermedad no era sólo una patología física, sino que tenía dimensiones sociales y sobrenaturales. La enfermedad y la sanación eran percibidas entonces de una forma mucho más global que ahora.

Otro aspecto que conviene tener presente es que la enfermedad marcaba entonces negativamente a las personas mucho más que hoy. El hecho de estar enfermo, y sobre todo ciertas enfermedades (leprosos, ciegos, etc) tenían connotaciones muy negativas y hacían del enfermo una persona estigmatizada, que era marginada por la sociedad.

Para entender las sanaciones de Jesús es conveniente también conocer estrategia terapéutica que seguían entonces los sanadores populares. Es muy diferente a la que sigue la medicina científica occidental. Este tipo de sanadores compartía la visión del mundo, de la salud y de la enfermedad que tenían sus ìpacientesî; aceptaban los síntomas que les presentaban; trataban a sus pacientes en público; y en general estaban más cercanos a la situación social del enfermo. Todos estos rasgos aparecen en las sanaciones de Jesús.

En primer lugar nos muestran una imagen de Jesús que hoy nos resulta más difícil de aceptar. Nuestra cultura nos predispone para imaginar a Jesús como un maestro, que pronunciaba parábolas y sentencias llenas de sabiduría, o como un profeta que anunciaba la llegada de un mundo mejor. Y sin embargo, la imagen de Jesús como un sanador popular que pasó curando a la gente es tan real como la anterior. Al actuar así, Jesús empalma con la tradición de Elías. Esta reflexión nos invita a descubrir los aspectos de Jesús que nuestra cultura tiende a colocar en la penumbra.

En segundo lugar, las sanaciones de Jesús muestran su cercanía a los marginados. Los enfermos, y por causa de ellos sus familias, tenían que soportar una situación de sospecha y marginación. La idea que entonces se tenía de la enfermedad acentuaba esta condición social de marginación (recordemos p.e. la situación de los padres en el relato de la curación del ciego de nacimiento de Jn 9). El hecho de que Jesús se acerque a ellos y se deje tocar por ellos, o de que los cure de formas poco ortodoxas, era un atentado contra las normas de pureza que gobernaban la sociedad palestina del siglo primero. Jesús no tuvo inconveniente en transgredir estas normas, pues sólo así podía acercarse a los que estaban en situaciones más marginales.

Finalmente, sus curaciones son un signo de que el Reinado de Dios está empezando a llegar. Los profetas habían anunciado que la curación de los cojos, ciegos, sordos, etc sería el signo de que se cumplían las promesas de Dios. Jesús se refiere a esta profecía para explicar sus curaciones (Mt 11,2-5 = Is 35,5-6).